La guitarra rasga la penumbra del zaguán, una mano crispada surge entre las rejas, pende en el cielo la camisa de los Fusilamientos.
El caballo bate sobre la testuz del toro -una capa cerveza se derrama en la arena-, en alto la lanza apócrifa de Breda.
Llueve hacia el noroeste, se escurre la tinta de las capitulares añosas de Flor de Santidad. Saudade. Minifundios fútiles. Lacios emigrantes.
Marinos como muñecos de mueca macabra. Santo domingo toda la semana. Vietnam hasta cuándo. Guiñol infernal.
La guitarra araña las sombras del zaguán; en el cielo, los ojos crispados de Saturno devorando a sus hijos.
País, de Blas de Otero, nacido el 15 de marzo de 1916 en Bilbao.
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