Verdad es que en el lecho del dolor es donde relaciones como éstas se miran con espíritu diferente y con ojos muy distintos de aquéllos con los que antes las habíamos visto. Mi amante había estado a las puertas de la muerte y al mismo borde de la eternidad y, al parecer, lo habían visitado un remordimiento auténtico y tristes consideraciones sobre su pasada vida de liviandad y amoríos, y entre otras cosas, sus pecadoras relaciones conmigo, que no eran otra cosa que una larga e ininterrumpida vida de adulterio, se le habían representado como lo que eran realmente, no como lo que anteriormente había pensado que eran, y ahora las miraba con justo y piadoso aborrecimiento.
Al mismo tiempo no puedo dejar de observar, y dejarlo aquí para aviso de las de mi sexo en casos tales de placer, que siempre que el arrepentimiento sigue a un pecado como éste, nunca falla que venga acompañado por el aborrecimiento hacia el ser que antes se amaba, y mientras mayor pareció ser anteriormente el afecto, mayor será, en proporción, el odio.
Fragmento de Venturas y desventuras de la famosa Moll Flanders, de Daniel Defoe, fallecido el 26 de abril de 1731
Robinson Crusoe, la obra más conocida de Defoe.
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