tierra madre, verde sol,
en largas filas de mástiles
esclavos negros mandó.
Qué trágica fue la brújula
que nuestra ruta guió.
Qué amargos fueron los dátiles
que nuestra boca encontró.
Siempre han partido los látigos
nuestra espalda de cascol
y con nuestras manos ágiles
tocamos guasá y bongó.
Sacuden sus sones bárbaros
a los blancos, los de hoy,
invade la sangre cálida
de la raza de color,
porque el alma, la del Africa
que encadenada llegó,
en esta tierra de América
canela y candela dio.
Poema de Adalberto Ortiz Quiñónez, nacido el 9 de febrero de 1914 en Esmeraldas (Ecuador).
Los ojos y la fea. Un cuento de Adalberto Ortiz.
El 9 de febrero de 1881 fallecía Fiodor Dostoievski
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