martes, marzo 27, 2007

Shusaku Endo

Empezó a nevar.
Hasta la caída de la tarde un sol tenue había bañado por los resquicios de las nubes el lecho de grava del río. Cuando oscureció, hubo un silencio repentino. Dos, tres copos de nieve bajaron revoloteando del cielo.
Mientras el samurai y sus hombres cortaban leña, la nieve rozaba sus ropas rústicas, tocaba sus caras y sus manos y se fundía como para subrayar la brevedad de la vida. Pero como ellos siguieron atareados con sus cortas hachas, sin decir palabra, la nieve los desdeñó y se alejó hacia zonas vecinas. La niebla nocturna se extendió y se unió a la nieve, y el campo visual se volvió gris.
Finalmente, el samurai y sus hombres terminaron su tarea y se echaron al hombro los haces de leña. Se preparaban para la inminente llegada del invierno. La nieve les azotó las frentes cuando emprendieron el regreso en fila india, como hormigas, volviendo sobre sus pasos a lo largo del lecho del río, hacia la llanura.
Había tres pueblos situados en el corazón de la llanura y rodeados por colinas de follaje marchito. Las casas estaban de espaldas a las colinas y frente a los campos: de ese modo, los pobladores veían si llegaban extraños. Las casas techadas con paja se apretaban unas contra otras, en línea. De los cielos rasos colgaban estantes de bambú trenzado en que se secaban la leña y el carrizo. Las casas eran oscuras y malolientes como establos.

Fragmento de la novela El Samurai, de Shusaku Endo, nacido el 27 de Marzo de 1923.
El 27 de marzo de 1871 nacía Heinrich Mann
El 27 de marzo de 1931 fallecía Enoch Arnold Bennett
El 27 de marzo de 2006 fallecía Stanislaw Lem

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