El viaje a espaldas del águila era tan ligero que a veces le daba la impresión de estar inmóvil, sobre todo desde que el viento norte que soplara por la mañana había cambiado de dirección. Por el contrario, la tierra parecía retroceder hacia el sur. Los bosques, las casas, los prados, los cercados, las islas, los numerosos aserraderos de la costa, todo estaba en marcha. Se hubiera dicho que cansadas de la parte extrema del norte, se trasladaban hacia el sur.
Esta idea divertía a Nils. ¡Imagínense si este campo de trigo que parecía recién sembrado llegaba a la Escania, donde en esta época del año el centeno ha echado espigas!
¡Y aquel jardín que descubría en tal momento! Tenía hermosos árboles; pero no árboles frutales, ni nobles tilos, ni castaños; nada más que serbales y álamos. Había bonitos zarzales, pero no saúcos ni cítisos; sólo cerezos y lilas. Había una huerta, pero no estaba labrada ni sembrada. Si semejante jardincito apareciera al lado del jardín de un gran dominio de Sudermania, daría la impresión de un desierto.
Lo que constituía la gloria del país eran los sombríos y caudalosos ríos rodeados de valles habitados, llenos de maderas flotantes, con sus aserraderos, sus pueblos, sus desembocaduras rebosantes de embarcaciones.
Fragmento de la novela El maravilloso viaje de Nils Holgersson, de Selma Lagerlöf, nacida el 20 de noviembre de 1858.
El 20 de noviembre de 1.923 nacía Nadine Gordimer
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