De noche, entre las brumas de un desvelo
vino a mí su recuerdo como un ángel
escapado de su sombría cárcel
y en sus labios desnudos sonó un eco:
¡Ven!¡Tómame! Soy tuya.
Mis ojos se entreabrieron de repente,
mi corazón saltaba acelerado;
en la penumbra del salón callado
resonaba el rumor de mi inconsciente:
¡Ven!¡Tómame! Soy tuya.
Las cortinas danzaban cadenciosas,
las puertas del balcón se contoneaban
al ímpetu del viento que llenaba
la sala con su música preciosa:
¡Ven!¡Tómame! Soy tuya.
Cerré las puertas, mas la melodía
no cesaba en el ámbito del cuarto.
Del rincón, junto al piano abandonado,
las notas de su voz, dulces, surgían:
¡Ven!¡Tómame! Soy tuya.
Mis pies, como hechizados, me llevaban
hacia el negro lugar donde la noche
me hablaba con su voz, como un acorde
que despertaba mi alma enamorada:
¡Ven!¡Tómame! Soy tuya.
Mas mis pasos al borde de la alfombra
se pararon anclados por el miedo.
¿Era su voz... o era sólo el recuerdo
de otras noches de amor entre las sombras?
¡Ven!¡Tómame! Soy tuya.
...repetía incesante el eco amado.
Mis manos anhelaban el contacto
de su querido cuerpo desmayado,
y el canto me llamaba hacia sus labios.
¡Ven!¡Tómame! Soy tuya.
El recuerdo me lleva hacia el pasado.
Veo su cuerpo inerte, amortajado,
sus ojos como un cielo clausurado,
su rostro como un pábilo apagado.
¡Ven!¡Tómame! Soy tuya.
Un paso hacia el rincón que me reclama;
crece el rumor, las sombras se disuelven,
un halo negro, oscuro manto, envuelve
la pálida mortaja que me llama:
¡Ven!¡Tómame! Soy tuya.
El terror me estremece, Amor me embriaga,
y quieto entre las sombras de la sala
recibo el beso que mi pulso apaga,
el beso descarnado de mi amada...
El labio descarnado. Poema de SBL
No hay comentarios:
Publicar un comentario