martes, enero 09, 2007

Karel Capek

Podríamos decir que la historia se producía al por mayor y, por ello, el tiempo histórico se multiplicaba rápidamente (según cálculos, cinco veces más). Hoy no podemos esperar cientos de años para que en el mundo ocurra algo bueno o malo. Por ejemplo: el traslado de una nación de un lugar a otro, que antes duraba varias generaciones, se podría organizar, con el transporte actual, en unos tres años. De no ser así, no podría sacarse de ello ningún provecho. Lo mismo ocurrió con la liquidación del Imperio Romano, con la colonización de continentes, con el exterminio de indios, etc. Todas estas cosas pueden ser realizadas hoy con extraordinaria rapidez, si se confían a empresas con fuerte capital. En este sentido, el inmenso éxito alcanzado por el Sindicato de las Salamandras y su tremenda influencia en la historia del mundo muestran, sin lugar a dudas, el camino hacia el futuro. La historia de las Salamandras se distingue desde un principio por el hecho de que estaban bien y racionalmente organizadas. El primero, pero no el único mérito por ello, corresponde al Sindicato de las Salamandras; mas hay que reconocer que la la filantropía, la cultura, la prensa y muchas otras, participaron en no poca medida en el extraordinario desarrollo y progreso de las salamandras. También hay que tener en cuenta que fue el Sindicato de las Salamandras el que, día tras día, conquistó para sus protegidas nuevos continentes aun debiendo vencer muchos obstáculos que frenaban dicha expansión. El boletín trimestral del Sindicato muestra cómo, gradualmente, son colonizados por las salamandras los puertos de la India y China. Refiere también cómo dicha colonización de salamandras inunda las costas africanas y saltan al continente americano, donde pronto surgen las más modernas obras ejecutadas por aquéllas, en el Golfo de México. Junto a esta amplia ola de colonización se envían, también, salamandras como pioneros, vanguardia de la futura exportación. Por ejemplo: a Holanda, que podríamos llamar Estado Acuático, le han sido obsequiados por el Sindicato de las Salamandras mil ejemplares de primera calidad. A la ciudad de Marsella, seiscientas salamandras para la limpieza del antiguo puerto, y así otros casos. Es decir, a diferencia de la colonización humana del mundo, la expansión de las salamandras se verifica planeada y desinteresadamente. Si este trabajo hubiera sido confiado a la naturaleza, se hubieran retrasado los acontecimientos cientos y miles de años.

Fragmento de La guerra de las salamandras, de Karel Capek, nacido el 9 de enero de 1890.
El 9 de enero de 1881 nacía Giovanni Papini
El 9 de enero de 1908 nacía Simone de Beauvoir
El 9 de enero de 1923 fallecía Katherine Mansfield

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