Mira cómo me duelo. El cuerpo es traje reversible, pero aun más allá, una forma plástica. El cuerpo se modula a sí, voltea su cobertura, la piel, ese depósito receptor, esa forma amorfa que recibe y contiene, expulsa y aborta.
Mira mi extensión. Colma y acude. Sin llamado. Apenas una fuerza siempre extraña a mí, un huracán quizás, ha obligado el despliegue. Y mi energía anónima, sin amor, indiferente, abrasa. y no me es dado soñarlo, es lo exterior que teje: una modulación azarosa, impulsada a atravesarme.
Y ahora te cubro y baño esos inmensos sembradíos, tus señales, grietas, elevaciones. Hasta la próxima, hasta el escanciamiento o la absorción, hasta mi propio exceso en tu exceso: tres cuartas partes de agua y una de tierra.
Isla serás en mí hasta el azar que me dibuje en laguna y luego en valle, tierra seré en ti para otras aguas. Hacia otras tierras que nos contendrán en sucesión. Y no lo sabremos de tanto anonimato.
Infundirás energía a tu cuerpo e insuflaré energía a mi potencia de cubrir y contendrás y excederé tu contención hasta el resurgimiento de lo reversible, dejaré entonces que esta piel se borre y sea contenida, cubierta hasta lo visible, reabsorbida, pulsará en lo eterno hacia su nuevo nacimiento. Y seré germen y disolución mientras te edifiques como forma y seré forma informe mientras exceda el contener. Hasta nuestro límite: el espacio que modulas para mi informidad y la disposición de mi informidad hacia tu forma. Vaso para el agua y agua para el vaso. Límite de lo visible. Acto de fe hacia la modulación de lo inmodulable...
Hasta el próximo azar.
Lo modulable, texto de Hanni Ossott, nacida el 14 de febrero de 1946. Tomado de su reciente Antología poética, con prólogo de Beatriz Alicia García
El 14 de febrero de 1928 nacía Juan García Hortelano
Comentarios
No hay comentarios:
Publicar un comentario